

El pronóstico anunciaba un sábado primaveral y un domingo horrible! Así que decidimos salir a disfrutar el sábado.
Salimos tempranito para la Isla Talavera, casi al límite de Buenos Aires y Entre Ríos.
Fuimos a un club de pesca (que ya habíamos visitado anteriormente) y lo que más me gustó son las normas de convivencia.
Entre otras cosas está prohibido hacer fuego en árboles o cualquier otro lugar, sólo en parrillas permitidas, no se puede gritar o escuchar música ya que la única música que se escucha es el sonido de la naturaleza. Y eso me encantó... me revienta tener que estar escuchando el chingui-chingui cuando lo único que uno quiere es paz y tranquilidad.

Pablo aprovechó a tirar la caña aunque devolvió los peces al río ya que éstos eran muy pequeños.


Augusto chapoteó en el agua como un pato, imposible de sacarlo! Y despúes se hizo milanesa en la arena!


Después de tomar mate fuimos a caminar y aprevechamos a sacarnos una fotos:





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